La pésima gestión de Noelia Posse y su círculo más íntimo en el Ayuntamiento de Móstoles ha dejado una ciudad en situación de ingobernabilidad y un reguero de informaciones con el enchufismo y el abuso de poder como protagonistas.

Tanto es así que, apenas año y medio después de coger las riendas del municipio, el proyecto de la alcaldesa y de quienes la mantienen en el sillón ya tiene fecha de caducidad.

El débil hilo que la mantiene en el cargo (anudado desde Moncloa por Iván García Yustos, ex concejal socialista en Móstoles y actual subdirector del Gabinete del presidente) se sustenta en una regla no escrita del socialismo de aguantar contra viento y marea a sus regidores, por muy nefasto que llegue a ser su trabajo, como es el caso.

Las contrataciones a dedo de personas de su entorno más cercano (hermana, tío y ex pareja incluidos), la pérdida de la mayoría en el Gobierno local, la utilización torticera de los recursos públicos, el enfrentamiento con la masa social de la ciudad, la soberbia, el nepotismo, el enchufismo, las órdenes dictatoriales a funcionarios y cargos de confianza, la ausencia de criterio… han colmado el vaso de la paciencia en un sector mayoritario de la dirección socialista. Lo cierto es que hay sectores del PSOE y, especialmente del PSOE-M, que han dicho “BASTA” en todo este asunto, ya que los políticos que anteponen sus intereses personales a los del partido y a los de la ciudadanía a la que, en teoría representan, no tienen cabida en el futuro de la formación.

Ya lo dijo por activa y por pasiva el secretario general de los socialistas madrileños, José Manuel Franco: las actuaciones de Noelia Posse habían dejado mucho que desear y su comportamiento exigía asumir responsabilidades.

Los socialistas siempre lo habían hecho, en consonancia con su código ético. Hasta que llegaron Posse, García Yustos y compañía.

Saltando por encima del mismo Comité de Garantías, haciendo de la presión y la amenaza su bandera, han dejado en evidencia a la dirección regional con un pulso que tan solo les ha servido para ganar tiempo y enemigos que sumar a la larga lista que atesoran. Por eso, el PSOE-M ya trabaja en la idea de una Agrupación, la mostoleña, libre de sospechas y de personas que utilicen las instituciones en su propio beneficio. Por ello, en encuentros que han mantenido en las últimas semanas responsables socialistas con la corriente escindida de Izquierda Unida Comunidad de Madrid, todos han coincidido en que Noelia Posse, Iván García Yustos y todo lo que representan no deben formar parte de la hoja de ruta de las políticas de progreso en la localidad.

En esas conversaciones se mantiene como alternativa para liderar el proyecto de Gobierno al actual secretario general del PSOE en Móstoles, Alejandro Martín, acompañado de jóvenes valores del socialismo local y de personas comprometidas con los colectivos sociales y vecinales, ahora mismo denigrados y relegados por Posse y su entorno.

Móstoles se merece algo mejor, y en eso coinciden las fuentes solventes consultadas, que dan por amortizada una etapa que ha colocado la ciudad en el mapa del nepotismo y la ha dejado como ejemplo de lo que no se debe hacer en cuanto a gestión local. Mientras, la oposición gana el tiempo que Posse y Yustos derrochan.