Noelia Posse y su nefasta gestión de la pandemia… políticamente hablando. En una situación de especial gravedad y ante una crisis de consecuencias imprevisibles, la alcaldesa de Móstoles vuelve a estar en los medios de comunicación locales, regionales y nacionales por un nuevo caso de favoritismo.

En esta ocasión ha saltado a la luz pública su decisión de subirle el sueldo a uno de los “enchufados” y cargarle a las maltrechas arcas públicas 12.000 euros anuales de más para “contentar” a un amigo.

Nadie entiende cómo en un momento como el que vivimos, con miles de mostoleños pasándolo realmente mal, nuestra regidora pueda escudarse en la nube tóxica que invade el mundo informativo para perpetrar otro ataque a las cuentas públicas con el presunto objetivo de sacar rédito político.

Ya lo hizo recientemente con la donación del 10% de su sueldo y el de los ediles de la izquierda en un gesto vacío, fuego fatuo que no sirve para nada.

Por desgracia para los mostoleños son más los casos de favoritismo que está ejecutando Posse mientras los demás piensan cómo llegar a fin de mes. Decisiones relacionadas con aumentos de sueldo y cambios de categoría profesional en la empresa Móstoles Desarrollo ponen en tela de juicio su gestión (aunque todo esto será parte de una serie de reportajes de denuncia sobre la acción política de Posse y su equipo de palmeros que verán la luz en su momento) y confirman su falta de compromiso con la ciudad. Noelia Posse y su nefasta gestión de la pandemia… en términos partidistas. Cabe recordar aquí que sigue en marcha el expediente de expulsión que le abrió en su día el Partido Socialista por los casos de nepotismo: por enchufar a su hermana, a su tío, a un amigo, a compañeras de confidencias… a su entorno más cercano.

Aún ahora sigue suspendida de militancia y no puede figurar en ninguno de los actos en representación del PSOE.

Un expediente que se ha ido dilatando en el tiempo y que duerme plácidamente en un cajón en la calle Ferraz esperando a que el tiempo siga erosionando un “escándalo” que se hubiese llevado por delante a cualquier político, pero que en el caso de Posse se ha saldado con ese brindis al sol tras una decisión directa de los máximos mandatarios de Moncloa.

Precisamente todos esos favores que en el ala oeste de la Moncloa se han hecho para mantener en el cargo a Noelia Posse han hecho que la alcaldesa y su grupete de gestión copien al dictado todas las indicaciones que el Gobierno de Sánchez (Pedro) está poniendo sobre la mesa en relación a la pandemia. Tal es su afán de contentar al clan de Moncloa, que está calcando, salvando las distancias, las decisiones políticas sobre las actuaciones a llevar a cabo en situaciones de crisis sanitaria.

Decisiones que han llevado a Móstoles a convertirse en una de las localidades en las que con más virulencia se están llevando a cabo las protestas en forma de caceroladas contra la gestión socialista en la lucha contra el Covid-19. Y aquí no valen las excusas de que son un grupo de pijos enfadados. ¿En qué se parece Móstoles, la sociedad mostoleña, al barrio de Salamanca? En nada, ¿verdad?

Pues las caceroladas se suceden con la misma intensidad ante lo que consideran actuaciones injustas en contra de la libertad de los ciudadanos.

Es una pena, pero Móstoles vuelve a estar en el “candelabro” de la opinión pública. Su alcaldesa sigue pegándose golpes contra la misma pared. Y no aprende, o no quiere aprender, lo que es todavía más triste.

Noelia Posse y su nefasta gestión de la pandemia…