El año 2023 terminó en España con datos positivos en el RETA (Régimen Especial de Trabajadores Autónomos), con 666 activos más en el mes de diciembre, concluyendo el ejercicio con 3.344.368 autónomos afiliados al sistema, lo que supone 15.965 autónomos más que en diciembre del año anterior.

La Comunidad de Madrid aporta 5.207 autónomos a este crecimiento, lo que supone casi un 33% del total nacional, solamente superada por Andalucía. La Comunidad de Madrid cuenta, a finales de diciembre de 2023, con 425.278 activos, frente a los 420.071 con los que terminó el año 2022, según datos de AMTAS.

Sin embargo, la realidad más cruel se vive en el pequeño comercio. La carencia de medidas directas sobre este sector ha obligado al cierre de miles de establecimientos. La falta de actuaciones de rescate y de incentivación del consumo están detrás de la trágica desaparición de casi 14.000 pequeñas actividades comerciales en toda España, de las cuales, en términos netos (altas menos bajas), 487 pertenecen a la Comunidad de Madrid, aunque en términos absolutos, la realidad es que en este periodo han cerrado 1.529 pequeños comercios, o lo que es lo mismo 127 al mes.

En la Comunidad de Madrid, y por sectores, el Comercio sigue siendo el que lidera en número de autónomos afiliados con 82.397; seguido de las Actividades Profesionales, Científicas y Técnicas con 63.074 y de Construcción con 48.440. El transporte supone 34.890, seguido del sector servicios con 29.891 afiliados, de la hostelería con 27.650 afiliados y de las Actividades Sanitarias con 23.988 activos. Por último, se sitúan el sector de la Educación con 17.165 activos y la Industria con 15.990.

En términos comparativos, desde el 2020 se ha incrementado la afiliación al RETA en el ámbito nacional en más de 72.900 autónomos, de los cuales 17.395 pertenecen a la Comunidad de Madrid (24%).

César García, presidente de AMTAS, recalca que “creemos que el balance es positivo en cuanto a la afiliación al RETA, pero seguimos teniendo demasiados puntos débiles, es una buena noticia el aumento en las actividades más cualificadas, pero sin embargo el comercio se desmorona año tras año. La lectura es sencilla, la destrucción de los pequeños negocios tradicionales está siendo absorbida por grandes empresas de distribución y grandes franquicias, esto tiene un reflejo positivo en el empleo por cuenta ajena, en términos numéricos, pero sin que el dato de crecimiento del trabajo por cuenta ajena suponga mejores empleos ni mejores salarios”.

“Sin embargo, la satisfacción no puede ser total cuando comprobamos que para llegar a ese nivel de crecimiento en la comunidad de Madrid (5.207 autónomos), han sido necesarias 85.390 altas en el RETA, lo que implica que 80.183 actividades económicas han cesado en su actividad. Y lo más grave de todo es que no sabemos en qué condiciones han cerrado, por lo que la posibilidad de ayudarles a salir del pozo se hace inviable para nuestra organización”, concluye García.