La flamante gerente de Móstoles Desarrollo, María Dolores González Naranjo, ha durado menos de un mes en el cargo.

Su nombramiento, que estuvo rodeado de una enorme polvareda como viene siendo costumbre en el Ayuntamiento de la ciudad en lo que va de legislatura, se produjo en una sesión extraordinaria del Consejo de Administración de la empresa pública muy cuestionado por la oposición por su “opacidad”, y celebrado el 31 de enero.

Ahora, apenas un mes después de tomar posesión del cargo, González Naranjo presentó su dimisión en la tarde del pasado lunes por “motivos estrictamente personales”, según apuntan desde el Gobierno municipal, desvinculando de este modo su marcha de otras cuestiones no exentas de polémica que rodean a la figura de la ya exgerente de Móstoles Desarrollo.

Así, CCOO denunciaba el pasado martes el “boicoteo” de las elecciones sindicales en la empresa municipal, y señalaba directamente a la gerente ahora dimitida como responsable de la paralización del proceso.

Sin embargo, las sospechas sobre los motivos de la dimisión de González Naranjo van más allá. Fuentes jurídicas consultadas por Móstoles Actualidad han puesto la lupa en los presuntos vínculos profesionales que la ya exgerente mantendría desde hace años con empresarios que habrían prestado servicios en Móstoles Desarrollo, y cuyo conocimiento podría haber precipitado los acontecimientos y su consiguiente salida del organigrama municipal.