La alcaldesa de Móstoles, Noelia Posse, acudió el pasado lunes personalmente al reparto de unas 20.000 mascarillas que el Ayuntamiento de la localidad distribuirá entre la población coincidiendo con la entrada de la región en la Fase 1, en una extraña campaña encaminada a lavar la deteriorada imagen de la regidora.

Los últimos escándalos protagonizados por Posse, con su intento de subida de sueldo al gerente de Urbanismo en plena pandemia, han deteriorado aún más su ya de por sí erosionada imagen política. La maniobra perpetrada por el PSOE de la localidad ha corrido como la pólvora y ha vuelto a colocar en el disparadero a una alcaldesa que sigue perdiendo con el paso del tiempo la confianza de los ciudadanos.

Para tratar de paliar esta citada erosión, la regidora se enfundó guantes y mascarilla y acudió en la mañana del lunes a repartir en mano mascarillas a los vecinos y vecinas de la ciudad, con la intención de hacerse la foto y vender una posición de cercanía que, de hecho, queda muy alejada de la realidad.